Luego de unas vacaciones que mi cuerpo y mi mente necesitaban con urgencia (aunque con sinceridad, me faltó mi bebida exótica con sombrilla colorida, pero algo es algo), me di el tiempo para reflexionar algo que ya me venía resoplando en el oído desde hace mucho tiempo: cuando no nos gusta una telenovela, ¿sabemos qué es realmente eso que no nos gusta?
Tal vez sea una cuestión del casting. Tal vez no somos afines al director, o al productor. O simple y sencillamente sabemos qué es lo que nos gusta y eso que estamos viendo nomás no nos engancha. ¿A qué se debe?
Para plantear una respuesta posible, que viene desde mis premisas y no debe ser dada por la verdad absoluta, me planteo que todo parte de un concepto que poco entendemos los simples mortales: EL MELODRAMA, y que su mal uso, o incluso su desconocimiento, puede ser aquello que nos defrauda en las historias modernas. Y para sustentar mis ideas no pude más que recurrir a alguien que si de algo supo hablar en vida fue del melodrama: el gran Carlos Monsivais.
Comentarios
Publicar un comentario