Confesión

Esta confesión es tan absurda como absoluta. Lo absurdo no es hacerla, sino dedicarle algunas palabras a una caricatura que por el mera teleadicción vi, pero que real y verdaderamente ABORRECÍ.

Esta fue la historia de José Miel, una abeja chillona a la que todo le pasaba. Nada comparado con la ternura de Maya o la chispa de Candy Candy. Este José Miel era una tragedia tras otra: horrible, chillona, insufrible, teta, ñoña, etc. ¡Maldita teleadicción y maldito insecto dramático!



Una mugre sólo comparable con la Ranita Dementan... Entre bichos y anfibios... ¡Mueraaaaaannnnnn y que caiga sobre ellos todo el poder del Raid, Baigón y Oko....déle, déle con Oko que es un bombazo!

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