Especial

Esto por principio parecerá una confesión, pero no lo es: No me encanta leer poesía. De hecho, no me gusta. He comprendido que únicamente la soporto en medio de una crisis muy aguda, pero en rachas de dicha y felicidad, la poesía no es exactamente algo que me enloquezca leer. Pero toda regla tiene una excepción, y me trago mis palabras si de Jaime Sabines se trata. No, tampoco crean que soy su fan número uno, sin embargo don Jaime, en vida, fue tan universal en su prosa que hasta las cosas más cotidianas le provocaron. Así pues, queridos Ratones y Ratonas, dejo en este blog, dedicado íntegramente a la televisión, el punto de vista que Sabines, hombre mexicano y muy sabio, tuvo respecto a nuestra consentida.


"Me preocupa el televisor. Da imágenes distorsionadas últimamente. Las caras se alargan de manera ridícula, o se acortan, tiemblan indistintamente, hasta volverse un juego monstruoso de rostros inventados, rayas, luces y sombras como en una pesadilla. Se oyen palabras claramente, la música, los efectos de sonido, pero no corresponden a la realidad, se atrasan, se anticipan, se montan sobre los gestos que uno adivina.Me dicen que un técnico lo arreglaría en dos o tres días, pero yo me resisto. No quiero la violencia: le meterían las manos, le quitarían las partes, le harían injertos ominosos, transplantes arriesgados y no siempre efectivos. No volvería a ser el mismo.Ojalá supere esta crisis. Porque lo que tiene es una fiebre tremenda, un dolor de cabeza, una náusea horrible, que lo hacen soñar estas cosas que vemos."

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