Especiales

Ahí les va una historia triste. Ahí tienen a una niña pequeñita que junto con su familia tuvo que viajar a muchos lugares por el trabajo de su papá. El lugar donde más tiempo pasaron fue Oaxaca, una hermosa ciudad que hasta hace poco ingresó a la era moderna. Lo digo porque en la década ochentera este estado se vio rezagado de muchas maneras por su situación geográfica, afectando entre otras cosas la vida televisiva. Como las ondas no podían llegar a su destino por los montes y cerros que existen, las únicas señales que recibíamos eran el 2, el 7 y el 13. O sea, cero canal 5. Así que cuando eran vacaciones corríamos a casa de los abuelos en el Distrito Federal y mi hermana y yo prácticamente adorábamos la figura del Tío Gamboín como máximo objeto de nuestra idolatría: él nos daba cada periodo vacacional la dosis exacta de caricaturas que durante el resto del año no podíamos ver. (Esta de sobra decir que mi mamá nos regañaba e incluso nos apagaba la tele alegando que íbamos a visitar a los abuelos, no al tío Gamboín). Fin de la historia triste.

Así pues, a petición de Darth Chelerius, hoy que comienza oficialmente el periodo vacacional para quienes van de acuerdo al calendario de la SEP, hago mención de las SUPER VACACIONES, auténticos maratones caricaturezcos que durante este periodo en el que las mamás no saben en dónde acomodar a los chamacos, hacía que los infantes tuvieran un punto de reunión, de encuentro, de quietud. Hasta donde yo recuerdo Ramiro Gamboa, mejor conocido por su personaje de saco rojo y pines y botones de toda clase, dedicaba las mañanitas, hablaba con los niños, les daba consejos, y después de que presentó en sociedad a su mascota, el gato GC, el formato fue cambiando y recuerdo algunas ocasiones donde iban a Reino Aventura o algún otro centro de recreo a interactuar con los niños y hasta los ponían a concursar.

Mi memoria de Ratona no ubica en qué momento cancelaron las Super Vacaciones... Sin embargo esto no se acaba hasta que se acaba, dirían en el argot deportivo, y mientras sigamos recordando esas felices horas infantiles deleitándonos con los dibujos de Hanna-Barbera, He Man y tantas y tantas maravillas, nada puede darse por perdido.

Comentarios